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Ricardo Ravelo

31/03/2017 - 12:04 am

Los García Paniagua: transas familiares

Los delitos que enfrentan son fraude procesal y falsificación de documentos.

En la imagen, Marcela García Paniagua. La familia enfrenta los delitos de fraude procesal y falsificación de documentos. Foto: Especial.

Acusada de un despojo multimillonario en perjuicio de Román Ferrat Sola, quien fuera su esposo, Marcela García Paniagua –hija del general Marcelino García Barragán, Secretario de la Defensa Nacional en el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz –, así como sus hijos, enfrentan líos en México y desde hace un mes están prófugos de la justicia.

La Sexta Sala Penal del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, a cargo de los magistrados Ramón Alejandro Sentíes Carriles, Martha Patricia Tarinda Azuara y María de Jesús Medel Díaz, giraron orden de aprehensión en contra Marcela García Paniagua, hermana de Javier, quien fuera poderoso Secretario de Gobernación durante el sexenio de Luis Echeverría, presidente nacional del PRI y cabeza de la extinta Dirección Federal de Seguridad (DFS), por muchos años la policía política del régimen.

También son buscadas por la justicia mexicana Lorena Lorena Ferrat García, nieta de García Barragán, y Ayesha Ferrat Fonseca, hija adoptiva de la señora García Paniagua. Los delitos que enfrentan son fraude procesal y falsificación de documentos, según consta en los tocas penales 731/2016 y 697/2016, respectivamente. Aunque también existe una investigación en la PGR por presunto lavado de dinero, pues en sus cuentas empresariales hay más ingresos que lo que generan sus múltiples negocios, según la indagación.

Después de la muerte de Javier García Paniagua, en 1998, esta familia que por décadas detentó el poder político, pasó al anonimato. No fue sino hasta el 2011 cuando nuevamente fueron sacudidos por el escándalo. El 6 de septiembre de ese año fue ejecutado en Guadalajara, Jalisco, Javier García Morales, hijo de Javier García Paniagua y nieto del general García Barragán. Lo acribillaron en plena calle. La PGR tenía varios expedientes abiertos en su contra por sus presuntas relaciones con el narcotráfico. En realidad, García Morales era amigo de capos: se le vinculó con Amado Carrillo Fuentes y también con Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, aunque él siempre lo negó.

Durante la etapa en que su padre fue titular de la DFS, cobró fama porque solía moverse en el mundo del contrabando, un negocio muy socorrido en los años setenta y ochenta. Era amigo de Miguel Nassar, el torturador del sistema. Y ambos se dedicaron en su tiempo a importar carros de lujo de Estados Unidos y motocicletas Harley que tenían reportes de robo en Estados Unidos. Era toda una mafia policiaca y operaba al amparo del poder político. Igual que ocurre ahora. Las cosas no han cambiado.

Ahora la señora Marcela García Paniagua, la tía de García Morales, y sus hijas Lorena y Ayesha saltaron a la escena pública con nuevas andanzas. Las tres son buscadas por la Policía capitalina para que rindan cuentas ante la justicia. Según datos oficiales, aún no han salido del país. El rastreo que efectúa la policía incluye todos los estados de la República y ya existe una ficha roja para impedir que salgan al extranjero. Algunas pistas indican que pueden estar escondidas en Guadalajara o que de plano están en el norte del país. Tan de prisa tuvieron que huir, que abandonaron sus empresas. Interpol ya interviene en su búsqueda.

La que ellas protagonizan es una historia truculenta:
Después de tres años de investigaciones, en noviembre de 2015 la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) consignó la averiguación previa FCH/CUH-8/1126/13-04 por considerar que la hija de García Barragán y sus hijas son presuntas responsable de lo delitos de fraude procesal y falsificación de documentos al haber maquinado, en contubernio con Roberto Courtade Bevilacua, notario 132 de la ciudad de México (ya fallecido), el robo de la fortuna de su esposo –Román Ferrat Sola — cuando agonizaba en un hospital, en mayo de 2008. El monto del despojo se calcula en unos 800 millones de pesos.

Por otra parte, la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (Seido) está integrando la carpeta de investigación FED/SEIDO/CDMX/0000924/2016 por el presunto delito de lavado de dinero y evasión fiscal en el que están implicados tanto la señora García Paniagua como sus hijos, entre ellos, Lorena, Roberto, Flavio y Román Ferrat García, así como Ayesha y Valeria Ferrat Fonseca.

De acuerdo con dicha indagatoria, el posible lavado de dinero se comenzó a investigar porque las autoridades federales detectaron a través de sus órganos de inteligencia que las personas bajo investigación tuvieron ingresos multimillonarios inusuales, por lo que la PGR solicitó a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores información sobre las cuentas bancarias implicadas en el posible blanqueo de dinero.

Como consecuencias de las investigaciones, el 11 de octubre de 2016, por ejemplo, la PGJCDMX ordenó el aseguramiento de 33 empresas y más de 50 inmuebles propiedad de la familia Ferrat- García Paniagua. La medida se efectuó en los estados de México, Guerrero, Colima y la ciudad de México, donde se localizan los bienes.

Entre los inmuebles asegurados figuran los hoteles “Caleta”, “Auto Hotel Ritz, Panoramic”, “Maralisa y Los Pericos”, en Acapulco, Guerrero; en la ciudad de México la lista la encabeza el hotel “Holiday Inn Express”, ubicado en el Paseo de la Reforma; un inmueble ubicado en Santa Fe, actualmente rentado por la trasnacional IBM, así como un edificio en Las Lomas de Chapultepec que rentan a la embajada de Estados Unidos en México.

De acuerdo con la indagatoria FCH/CUH-8/1126/13-04, todas estas propiedades formaban parte del patrimonio que amasó el político y empresario Román Ferrat Sola –ex yerno de García Barragán y ex cuñado de Javier García Paniagua –, quien en los años setenta fue director de Hacienda en el estado de México durante el gobierno de Jorge Jiménez Cantú (1975-1981), diputado federal del PRI y miembro del llamado Grupo Atlacomulco al que pertenecieron, entre otros políticos, el extinto profesor Carlos Hank González, exregente de la Ciudad de México.

Ferrat Sola se casó en esa época con Marcela García Paniagua, hermana de Javier García Paniagua, Secretario de Gobernación en el sexenio de Luis Echeverría, titular de la Dirección Federal de Seguridad y fuerte aspirante a la Presidencia de la República al finalizar el sexenio echeverrista. De este matrimonio nacieron Lorena, Roberto, Flavio, Román y Rodrigo Ferrat García.

Posteriormente, Ferrat Sola se relacionó con Carmen Fonseca Gómez, con quien tuvo una hija –Valeria Ferrat –y ambos adoptaron a Ayesha García. Después, el político y empresario tuvo otros dos hijos más –Jorge Ángel y María Teresa Ferrat –con la señora María Guadalupe García Cabello. Estos últimos son sus hijos menores.

A ocho años de la muerte de Román Ferrat Sola, comienzan a salir a flote las maniobras que efectuaron su esposa Marcela García Paniagua y sus hijos mayores para despojarlo de su patrimonio, hechos que actualmente se ventilan en diversos juicios tanto sucesorios como penales, en cuyos casos se han visto implicados en presuntos actos de corrupción y favoritismo altos funcionarios del Poder Judicial.

Todo comenzó en agosto de 2008, cuando la muerte sorprendió a Ferrat Sola. Fue entonces cuando tronó el conflicto entre las familias del político mexiquense, pues al momento de su deceso no había preparado aún su testamento para heredar a sus hijos.
Sin embargo, su primera familia –la que formó con Marcela García Paniagua – comenzó a maquinar diversas maniobras con la finalidad de apropiarse de su patrimonio, según se desprende de las investigaciones realizadas por la PGJCDMX.

Durante las investigaciones, a las que se tuvo acceso, se acreditó que la señora García Paniagua y sus hijos utilizaron documentos falsos –un testamento, poderes de dominio y fideicomisos –con los cuales, según la averiguación previa citada, “engañaron a la autoridad y se apropiaron indebidamente del patrimonio” del difunto Ferrat Sola.

Con esas acciones –sostiene el expediente referido –García Paniagua dejó desprotegidos a los hijos menores que Ferrat Sola tuvo fuera de su matrimonio: Jorge Ángel y María Teresa Ferrat García.

De 28 años de edad y abogada de profesión, María Teresa Ferrat afirma, en entrevista, que la señora García Paniagua y Lorena Ferrat –su media hermana — la despojaron a ella y a su hermano de la herencia que les correspondía, pues señala que se apropiaron del patrimonio de su padre falsificando documentos, como se ha ido demostrando ante las autoridades a través de las investigaciones ministeriales.

–El hecho de haberle quitado el patrimonio a su padre, ¿Fue un robo? –se le pregunta a Ferrat García.

–No fue un robo. Lo que estas personas cometieron fue un fraude a la sucesión de mi padre Román Ferrat Sola, ya que fuimos engañados, tanto nosotros como las propias autoridades, con documentos falsificados, los cuales exhibieron en juicio y lograron ocasionar un detrimento patrimonial a la sucesión.

–¿Qué documentos resultaron falsos?

–Con base en la investigación resultó falso el poder de dominio porque la firma que se atribuye a mi padre no fue estampada por él. Además, con ese documento las hoy probables responsables transmitieron todas las acciones de las empresas de mi padre a un fideicomiso que celebraron con banco Azteca, en cuyo contrato dolosamente ellas se adjudicaron todo el patrimonio.

Según Ferrat García, la PGJCDMX investiga la autenticidad de las firmas estampadas en el testamento que, según la versión de las indiciadas, “mi padre dejó antes de morir, pues el señor David Troncoso, perito tercero en discordia del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, concluyó que la firma de mi padre y la de un testigo de nombre Francisco Benjamín Sánchez Cadena no proceden de su puño y letra”.

La trama criminal

Después de permanecer dos meses confinado en una cama y sin atención médica, el 28 de mayo de 2008 el empresario y político Román Ferrat fue hallado por un empleado casa en estado grave de salud.

Según cuenta María Teresa Ferrat, su hija menor, enseguida fue llevado con urgencia al hospital Español, aunque demasiado tarde –explica –porque de inmediato ingresó a terapia intensiva. Ahí permaneció poco más de dos meses. El 7 de agosto de 2008 falleció de maningitis tuberculosa, hidrocefalia y cáncer en fase terminal.

De acuerdo con la indagatoria y el testimonio de María Teresa Ferrat, la maniobra del despojo se realizó justo cuando Ferrat Sola estaba postrado en su cama e imposibilitado física y mentalmente debido a sus enfermedades. Fue entonces, dice, cuando sus hijas Lorena y Ayesha Ferrat (ésta adoptiva) llamaron con urgencia al notario Roberto Courtade Bevilacua para que acudiera al hospital. Y a petición de ellas procedió a elaborar un poder de dominio donde fue estampada la firma de Ferrat Sola.

Este evento, según obra en autos, ocurrió el 16 de julio de 2008, y ese mismo día fue creado el fideicomiso F/551, supuestamente por voluntad de Román Ferrat, en el que se indicaba que cuando él falleciera todo su patrimonio pasara a poder de sus primeros hijos. Y así ocurrió: Después de su muerte, sus hijos mayores dispusieron de todos sus bienes y los menores –Jorge Ángel y María Teresas Ferrat García –fueron desconocidos en esa sucesión testamentaria.

Sin embargo, tiempo después la historia de este caso dio un giro drástico: como consecuencia de las investigaciones ministeriales, peritos en grafoscopía de la PGJCDMX descubrieron que la rúbrica de Ferrat Sola estampada en el poder de dominio era falsa. En su el oficio 1/30992/31489, emitido el 24 de noviembre de 2015, el perito Enrique Hernández Valdez concluye:

…”La firma como de Ángel Román Ferrat Sola o Román Ferrat Sola, contenida en el instrumento notarial 53,760, de fecha 16 de juLio de 2008, pasada ante la fe del Notario Público número 132 de esta ciudad, no proviene del mismo origen gráfico que las firmas que como de Ángel Román Ferrat Sola o Román Ferrat Sola, se aportaron como elementos base del cotejo”.

De acuerdo con María Teresa Ferrat, quien refuerza su dicho con el expediente clínico 475192 de su padre, el señor Ferrat Sola nunca estuvo en condiciones de firmar documento alguno porque, según el parte médico, estaba imposibilitado física y mentalmente para firmar, ya que su muerte –dice el dictamen –era inminente.

“Mi padre no podía firmar, es más, ni siquiera pudo autorizar sus intervenciones quirúrgicas”, dice Ferrat García, quien añade: “Para la autoridad es claro que todo esto fue parte de una maquinación para despojarnos de nuestra herencia y así se ha ido acreditando con el tiempo. Mi padre ya estaba desconectado de la realidad cuando dicen que firmó el poder de dominio”.

Para conocer mayores detalles sobre la autenticidad de firma de Ferrat Sola, la PGJCDMX citó a declarar a varios testigos, entre otros, al notario Courtade Bevilacua –quien falleció tiempo después –quien dijo en su testimonial que el paciente Román Ferrat Sola firmó el poder de dominio a las 10:00 de la mañana del 16 de julio de 2008.

Sin embargo, del expediente clínico se desprende que Ferrat Sola no pudo haber firmado el poder referido a esa hora porque nueve minutos antes, es decir, a las 9:51 A.M., fue ingresado al quirófano para ser sometido a una cirugía del cerebro.

Además, el mismo documento establece que Ferrat Sola estaba desconectado de su realidad debido a las enfermedades que padecía, lo que por otra parte también fue acreditado con un dictamen en psiquiatría firmado por los médicos Juan Ignacio Rosales Barrera y Daniel Benítez Ramírez –miembros del Hospital Fray Bernardino –quienes concluyeron que, de acuerdo a la meningitis tuberculosa e hidrocefalia que padecía, el paciente estaba inhabilitado para celebrar cualquier acto jurídico entre el 10 y el 21 de julio de 2008, pues su muerte era inminente.

No es todo: tanto la señora García Paniagua como sus hijos dijeron ser herederos universales de Román Ferrat Sola porque exhibieron un testamento, aparentemente elaborado en 1980, el cual fue registrado ante el Archivo General de Notarías por el notario 93, Pedro Porcayo Vergara, hasta el 7 de noviembre de 2008, es decir, 28 años después de que supuestamente fue elaborado y justo tres meses posteriores a la muerte de Ferrat Sola.

Por esta razón, el notario Porcayo Vergara está siendo investigado por la PGJCDMX por violar la Ley del Notariado, la cual establece en su artículo 80 que el notario dará aviso inmediato al Archivo General de Notarías, pero en este caso lo hizo 28 años después.

De igual forma, por avalar las irregularidades del testamento y no declarar su nulidad, también están bajo investigación –AP/PGR/UEIDCSPCAS/CAJ/M-1/356/2014 –los magistrados del 13 Tribunal Colegiado en materia civil Arturo Ramírez Sánchez, Víctor Manuel Islas Domínguez y Virgilio Solorio Campo.
De acuerdo con María Teresa Ferrat, el testamento de 1980 no es sólo dudoso sino falso porque David Troncoso González, perito tercero en discordia del Tribunal Superior de Justicia concluyó, el 17 de octubre de 2011, que la firma de Román Ferrat Sola estampada en el testamento resultó falsa.

Además, en el supuesto testamento que dejó Ferrat Sola su fecha de nacimiento es incorrecta: el difunto nació el 30 de marzo de 1938 y registraron que fue en 1939; también le omitieron su primer nombre: Ángel.

A pesar del cúmulo de documentos aprócrifos que la PGJCDMX descubrió, la práctica de la falsificaciones se ha convertido en una suerte de modus operandi por parte de la hija de Marcelino García Barragán.

Y es que en noviembre de 2009, por ejemplo, la señora García Paniagua se presentó ante el juzgado 37 de lo familiar –donde fue radicada la sucesión testamentaria de su esposo Román Ferrat –con el poder de dominio 55801, otorgado por su hijo Flavio Ferrat García. Su objetivo fue reclamar la herencia de su hijo. El poder que exhibió fue otorgado por el notario 132 Roberto Courtade, el mismo que dijo haber obtenido la firma de Román Ferrat en 2008 cuando estaba moribundo y que ya fue declarada falsa.

Sin embargo, después de seis años la PGJCDMX acreditó que dicho poder también resultó ser falso, ya que Flavio Ferrat García se identificó ante el notario 132 con una cartilla militar que, según la Secretaría de la Defensa Nacional, también es apócrifa.

En el oficio 1888 –emitido el 12 de agosto de este año –y firmado por el coronel de infantería Vicente Venustiano Guzmán Lucero, se afirma que la matricula 261335 que ampara la cartilla de Flavio Ferrat no existe en los archivos de la Sedena.

De acuerdo con María Teresa Ferrat, lo sospechoso de todo esto es que su medio hermano (Flavio Ferrat) está desaparecido desde el mes de agosto de 2008, pues afirma que nadie lo ha visto desde entonces. “El es una persona incapaz y temo que le haya pasado algo”, dice.

La sospecha de que está desaparecido cobró mayor fuerza porque el 12 de abril de 2016 Flavio Ferrat debió asistir a una audiencia ante una agencia ministerial, pero no acudió.

Lo que ocurrió, explica Ferrat García, fue que los abogados Luis Alberto Pineda Muñoz y Mauricio Odiardi Fabián –socios del despacho Martínez Arnaud y Asociados y defensores de Marcela García Paniagua – suplantaron la identidad de Flavio Ferrat y estamparon huellas de mi medio hermano como si él hubiera comparecido. Todo esto consta en los videos que tiene la PGJCDMX en su poder.

Tras verse descubiertos en esta maniobra y ante el temor de ser aprehendidos, la señora García Paniagua y sus abogados tramitaron los amparos 712/2016 y 822/2016, los cuales están radicados en los juzgados décimo cuarto de distrito en materia penal de la ciudad de México.

Por todos estos hechos, la familia García Paniagua volvió a la escena del escándalo. Ahora se les busca dentro y fuera de México para que respondan ante las autoridades que las requieren. Hasta ahora no hay pistas de su paradero, pues huyeron abandonando sus negocios y sus propiedades. Simplemente parece que se los tragó la tierra.

Ricardo Ravelo
Ricardo Ravelo Galó es periodista desde hace 30 años y se ha especializado en temas relacionados con el crimen organizado y la seguridad nacional. Fue premio nacional de periodismo en 2008 por sus reportajes sobre narcotráfico en el semanario Proceso, donde cubrió la fuente policiaca durante quince años. En 2013 recibió el premio Rodolfo Walsh durante la Semana Negra de Guijón, España, por su libro de no ficción Narcomex. Es autor, entre otros libros, de Los Narcoabogados, Osiel: vida y tragedia de un capo, Los Zetas: la franquicia criminal y En manos del narco.

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